28 de Octubre de 2020

A los 24 años, Miguel Chiri tenía un buen trabajo y éxito en lo profesional, pero sabía que quería algo más, ser su propio jefe.

Con este objetivo, vio una idea de negocio que aprovechó en ese momento, comenzó a comprar y vender panes a diferentes empresas de catering. Al inicio compraba los panes, los embolsaba y repartía. Con el tiempo, dejó de comprarlos y los empezó a producir él mismo, con los conocimientos de panadería que tenía. La panadería siempre fue, además, la pasión de su padre.

Todo comenzó en el 2012 cundo Miguel se asoció a su hermana Saraí y crearon la empresa Alitanta, derivación de las palabras quechuas Allin y Tanta, que significan “el buen pan”. Saraí trabajaba en una empresa de catering, y un día le dijo a Miguel que estaban buscando a un proveedor de pan. Fue entonces cuando se le ocurrió convertirse en el proveedor.

El negocio comenzó a crecer rápidamente, pero la llegada de la pandemia trajo gran incertidumbre. Hoy, sin embargo, Alitanta está regresando a la senda del crecimiento gracias a la innovación y esfuerzo de esta familia.

Grandes retos y grandes satisfacciones

El inicio de la pandemia supuso una paralización casi total del negocio de los hermanos Chiri. El cese de las operaciones de los principales clientes corporativos que tenían llevó a su empresa a una disminución de ventas que puso en riesgo su supervivencia.

Miguel no sabía qué podría pasar, hasta que recordó una idea que le dio uno de sus primeros clientes: el pan precocido. Hoy, Alitanta produce y despacha toda clase de panes precocidos, los cuales se meten a un horno a 220 grados por 6 minutos y quedan como si acabaran de salir de la panadería. La empresa distribuye toda clase de panes clásicos: francés, roseta y ciabatta; y también nuevos productos como los panes de ají, culantro, quinua, entre otros.

El éxito es innegable. En el mes de mayo, Alitanta superó sus ventas históricas y ha fidelizado a alrededor de 3,500 clientes durante la pandemia.

Los retos que trajo este 2020 han hecho que Miguel y Saraí vean las cosas de forma distinta. “Lo que más he aprendido a valorar es el compromiso de los trabajadores”, dice Miguel. Contra todo pronóstico, este año también logró inaugurar una nueva planta panificadora de 500 metros cuadrados. El local anterior tenía 200.

Crecemos Junto a Alitanta

El apoyo de Alicorp ha sido fundamental para que Alitanta logre recuperarse de la crisis generada por la pandemia. Desde Alicorp Soluciones ha ofrecido su apoyo a través de programas de capacitación orientados al desarrollo de nuevos productos para los maestros panaderos. También ha realizado cursos para el área técnica y los ha guiado en las mejoras de los procesos en planta. En ese sentido, la asesoría brindada ha sido crucial para que la empresa empiece a preparar productos integrales.

Alitanta también recibió información de Alicorp sobre estrategias para reactivar y mejorar el negocio. Aquí, un punto clave ha sido el impulso en la creación de las plataformas digitales de la compañía, a través de la que reciben la mayoría de los pedidos actualmente. Otro aspecto importante ha sido la asesoría virtual para el seguimiento de protocolos de bioseguridad que permitan realizar la entrega de panes precocidos.

El 2020 ha sido un año retador, pero Miguel sabe que, con trabajo duro, Alitanta podrá salir adelante. “Mi mayor consejo para los jóvenes que deseen emprender es que sigan sus sueños. Hacer empresa no es fácil; hay que aguantar los primeros meses que pueden ser muy duros. Lo más importante es la constancia” aconseja.