17 de Diciembre de 2020

De un carrito sanguchero a tener dos restaurantes. Así ha sido la inspiradora experiencia de María Lozano. La pandemia no la detuvo, la hizo más fuerte.

Poniéndole sazón a las oportunidades

Hace más de 8 años, después de un tiempo vendiendo pollo broaster en un carrito sanguchero en San Juan de Lurigancho, María no dudó en traspasar su negocio a uno más lucrativo, pero también demandante: un restaurante de menú criollo.

Cuando lo lanzó, no tenía experiencia en eso. Pero había visto una oportunidad para crecer y no se equivocó.

Allí, en medio del aroma a cau cau, arroz con pollo, causa rellena y frijoles con seco, esta emprendedora con más de 20 años dedicados a la comida veía crecer su negocio con entusiasmo y mucha dedicación. Gracias a él, incluso, había construido su casa.

Crecer en pandemia

Entonces, llegó la crisis por la pandemia y el panorama se tornó confuso. Pero ella no se amilanó. “Pensé que mi negocio se iba al agua. Me desesperé, me asusté y me enfermé. Pero tenía que sacar fuerzas. Llamé a una amiga y le dije ‘Vamos a trabajar duro, no hay otra’”, recuerda.

Fue así que convirtió el restaurante en una bodega, donde vendía abarrotes, pollos y verduras. “Empecé a adaptarme a la situación. Todos los días comemos, todos los días debemos asumir responsabilidades”, remarca.

Hoy, el negocio ha logrado salir adelante. Ya no es solo un menú: hace poco inauguró un segundo restaurante al costado del primero para vender cebiche y otros platos marinos. Ha seguido vendiendo abarrotes y, por si fuera poco, no dejó de preparar su pollo broaster en las noches o fines de semana.

¿Cómo logró todo esto? “Con paciencia, perseverancia, coraje y confianza en mí misma. Me siento muy feliz de lo que hago”, dice con merecido orgullo. Es lo mismo que recomienda a todos los emprendedores.

Crecemos junto a María Lozano

Como emprendedora exitosa, María ha tenido el apoyo de Alicorp desde que comenzó sus negocios. En este tiempo, además de los diversos productos, ha recibido capacitaciones para preparar sus ricas salsas y comidas como la papa rellena y el puré de papa, aprendizajes que han sido claves para mejorar la presentación y sazón de sus platos.

“Mis clientes vuelven por el trato amable y mi sazón”, destaca.

Durante la pandemia, Alicorp también la ha asesorado con información sobre protocolos de bioseguridad y la ha acompañado para seguir impulsando su negocio.

De esta manera, María ha podido tener la certeza de, aún en un contexto de crisis, seguir creciendo con su receta de siempre: buen trato y rica sazón.